DE TODO MENOS INCIERTO

 

Los artífices de Café Kino dejan su andadura después de más de dos años de alguna que otra lágrima y muchas sonrisas en la mejor compañía. Aunque Juan Barba considera que llevar adelante el proyecto con tan solo dos socios es una carga de trabajo que ya se hace difícil de compaginar, su futuro es de todo menos incierto.

 

Café Kino Itinerante se postula como el mejor sustituto de su versión tangible en el local de la calle Olivar. Actividades de lo más variopinto y que seguro que te habría encantado haber conocido con anterioridad caracterizan esta versión del café: proyecciones a domicilio, ciclos de cine temático para celebrar un cumpleaños o animar a tus empleados en la oficina, cine mudo acompañado de música ambiental (violinistas, pianistas...) y mucho más, continúan con este proyecto. Ya con anterioridad sus socios realizaban proyecciones de puertas hacia afuera, como una que tuvo lugar hace unos meses en los cines Renoir, conocidos por su carácter alternativo, y sesiones privadas. 

 

Para no perder el contacto con los cinéfilos que un día descubrieron Café Kino, mantendrán todo el trabajo llevado a cabo para darse a conocer en Internet, a través de las redes sociales, la página web y los boletines. De esta forma, el proyecto itinerante seguirá siendo accesible para el gran público. El local será traspasado, quedando en manos de nuevos propietarios que probablemente continuarán llevando a cabo actividades relacionadas con el cine. "Se quedan con todo el material, por lo que, bajo mi opinión, lo suyo es que sigan adelante con Kino", afirma Juan.

 

Con todo el cariño posible, deja este mensaje para los kinéfilos que les han acompañado en el camino, y también, cómo no, abierta la posibilidad de reencontrarse en el futuro en una nueva versión de Café Kino: "Sobre todo decir que muchísimas gracias a quienes nos han acompañado en el tiempo que ha vivido Kino. Ha sido toda una experiencia".